El tratamiento láser rápido, indoloro y sin hormonas para la salud ginecológica que ya cambió la vida de miles de mujeres en todo el mundo. Las diferentes edades de la vida de una mujer van acompañadas de diferentes experiencias con respecto a su intimidad y su sexualidad; y están inevitablemente asociadas con una variedad de afecciones vaginales.
Estas pueden afectar fuertemente la calidad de vida de una mujer, tanto física, psicológica como sexualmente. El parto (especialmente natural) y la menopausia son solo dos ejemplos de eventos que causan un cambio en el área íntima y el ambiente vaginal, cada uno de ellos acompañado de diferentes trastornos. A muchas mujeres que experimentan síntomas desagradables como picazón genital, irritación, mala lubricación vaginal, sequedad vaginal e incluso dolor durante el coito (dispareunia) no les gusta hablar sobre estos problemas, a veces ni siquiera con su ginecólogo.
Pueden avergonzarse y pensar que son los únicos que están pasando por estos problemas. De hecho, todos estos síntomas son bastante comunes en mujeres de diferentes edades y tienden a empeorar con el tiempo. Eso significa que no son temporales y que no desaparecerán si no se tratan.
Hasta hace poco, todas estas condiciones se consideraban una consecuencia del inevitable proceso de envejecimiento de la mujer, y se trataban solo en casos muy raros.
Hoy en día, un número creciente de mujeres se está dando cuenta de la posibilidad de mejorar el tono y la funcionalidad del piso pélvico y la vagina, y en consecuencia su calidad de vida, con procedimientos mínimamente invasivos, como el tratamiento con el Láser Juliet.
El tratamiento con láser Juliet conduce no solo a un endurecimiento de las paredes vaginales internas (a menudo denominado «rejuvenecimiento»), sino que también implica cambios funcionales específicos, por ejemplo, la recuperación de la funcionalidad al tratar la incontinencia urinaria de esfuerzo y también la restauración de metabolismo tisular en el caso de atrofia vaginal.
El procedimiento es muy similar a su chequeo anual. Su médico insertará la punta del láser y la energía del láser se administrará en forma de pulsos. Todo el procedimiento solo toma unos minutos y es rápido, indoloro y discreto y lo realiza su médico en una práctica médica. No se requiere anestesia (ya que no se realizan incisiones ni suturas).
En la mayoría de los casos, se pueden obtener resultados satisfactorios después de la primera sesión, sin necesidad de tratamientos adicionales. Se recomienda un segundo tratamiento después de algunas semanas para mantener los resultados a lo largo del tiempo.
Se recomienda especialmente para las mujeres que están pasando por la menopausia, que acaban de dar a luz, que se sometieron a quimioterapia y/o cirugía para el cáncer, que desean combatir o prevenir enfermedades del piso pélvico, que desean mejorar la calidad de su vida sexual.